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Lo que trae este zine:
Pensando y armando este programa, una de las cuestiones que más nos importaba era no convertirlo en un muestrario o en un simple listado clasificatorio. Decir que vamos a hacer un programa enfocado en sexualidades puede resultar caer en esto. Y evitarlo también implica luchar con los límites que impone hacerlo desde un programa de radio, con las restricciones ya conocidas de tiempo y espacio.
Probablemente en otro contexto donde no nos corran los horarios ni otras normas de los medios de comunicación los temas permitan abrirse a charlas más extensas y sustanciosas -teniendo en cuenta, claro, a quienes participen y sus ganas de así hacerlo-, pero más allá de las demarcaciones preestablecidas e involuntarias parte nuestra, también es importante decir que esto no es una junta médica ni científica de ninguna índole. Que acá no se transplanta el clasutro de ninguna institución académica. No somos juristas y no nos apoyaremos en las leyes como argumentos y por sobre todas las cosas intentaremos no emitir juicios definitivos sobre lo que vamos a hablar.
Somos concientes de que muchas de estas etiquetas que emplearemos para describir son puestas a prubea permanentemente incluso para quienes las expusieron por primera vez en su momento -por ende, no tomamos palabras santas, por más admiración o respeto que nos despierten tal o cual teórico o activista- y también tenemos en cuenta que el empleo de determinada denominación puede ser desconocida por quienes parecen estar incluidxs en ellas.
Es difícil encerrar nuestra vida, nuestro cuerpo, nuestra manera de pensar, en una sola palabra. Pero en tiempos en que los términos como sexualidad y conducta sexual se usan indistintamente y en los que género, diversidad, feminismo, igualdad, patriarcado o queer ingresan en el léxico del ciudadno medio progre demócrata y bien pensante sin ningún tipo de análisis, está bueno charlar que se quiere decir cuando se dice eso, dejando de lado los ánimos de apropiación de estas simples palabras por aquellos seductores del poder -de turno o en sala de espera.
Simples disparadores, sin ánimos de iluminar, tal vez con la intención de derribar mitos que hoy se intentan encerrar en páginas muertas, en leyes coercitivas -valga la redundancia- o en plataformas de ocasión. En definitiva, se trata de vida y de la libertad de vivirla. Pero para eso falta. Por lo pronto, empecemos el programa.